El tarot es una obra de arte en sí mismo. Es un lenguaje espiritual -cuyo idioma es pictórico, visual y sumamente poético- que estimula nuestra capacidad natural de simbolizar.
Esta cualidad convierte al tarot en una herramienta muy poderosa de acceso al inconsciente personal y colectivo, un hermoso vehículo para la elaboración de procesos psíquicos muy profundos. Sus cartas representan arquetipos con los que todos podemos identificarnos.
De qué habla el tarot
El tarot nos habla de un viaje personal y colectivo, un viaje que tiene la intención de volver a unir nuestra divinidad interna despedazada. Al reunir lo que ha sido separado, nos ayuda a hacer conscientes las energías femenina y masculina (Ying y Yang).
Ahora bien, hablar de los “arquetipos femeninos dentro del tarot“ es bastante amplio, porque existen diferentes arcanos dentro de la baraja que encarnan el “gran arquetipo femenino” que está formado por distintas cartas.
Esto se debe a que el tarot es un constante fluir entre lo femenino y lo masculino, lo consciente y lo inconsciente, y por tanto, todos sus arcanos están atravesados por estas energías (algunas con mayor preponderancia que otras), pero todas nos hablan de ese eterno baile entre los opuestos complementarios.
Tarot: 3 cartas que representan lo femenino
A pesar de todo esto, podemos poner el foco en tres cartas que para mí son esenciales en lo que suelo nombrar como “la trinidad sagrada de lo femenino” dentro de tarot. Esta trilogía la componen las cartas que representan las tres edades o los rostros de lo femenino respectivamente: La Papisa, La Emperatriz y La Luna.
Cada una de ellas, simboliza un momento diferente de lo femenino a lo largo de su viaje hacia la transformación. Se trata de la triada que conforman la Doncella, la Madre y la Anciana.
La Papisa o Sacerdotisa es el primer arquetipo femenino. Foto: ilustración Shutterstock.
El Arcano II: La Papisa o Sacerdotisa
Representa el primer arquetipo de la mujer misteriosa, receptiva y sabia. En su aspecto espiritualizado aparece como la virgen María o también como Sofía, símbolo de la sabiduría divina. Es el principio ying femenino.
La Papisa es quien nos ayuda a ejercitar el hábito de escuchar nuestra voz interior y reconocer cuáles son nuestros talentos ocultos, aún para nosotras mismas.
La Emperatriz es el segundo arquetipo y se vincula a la diosa Afrodita. Foto: ilustración Shutterstock.
El Arcano III: La Emperatriz
Encarna el arquetipo materno clásico, maduro, la fuente dadora de vida y la pasión. Vinculada a la diosa Afrodita, es la expresión de la sexualidad femenina, lo instintivo físico. Además, representa lo vital y ese aspecto activo Yang de lo femenino.
La Emperatriz nos conecta con nuestro cuerpo y nos recuerda el buen fluir de los ritmos de la tierra y los ciclos en nosotras. Es la que simboliza esa expresión de la fuerza creativa que traemos.
La Luna es el tercer arquetipo del viaje femenino, encierra lo oculto y sagrado. Foto: ilustración Shutterstock.
El Arcano XVIII: La Luna
Desde tiempos inmemoriales, este último arquetipo engloba todo lo oculto, lo mágico y, a la vez, todo lo infernal, temible y oscuro. Este arcano está conectado con lo cambiante y mutable.
Además, se lo vincula a las proyecciones masivas que se han hecho sobre lo femenino como algo fantasmal o terrorífico a través de fantasías y relatos del folklore que nos cuentan historias de brujas malignas y ancianas. Incluso podemos asociar la carta con el terror que trae la noche, la crisis del cambio en la edad adulta y la experiencia de salir de un mundo conocido para cruzar el último umbral hacia la transformación colectiva.
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Como vemos, estos arcanos representan una trinidad que refleja muy bien la naturaleza triforme de lo femenino. Nos hablan de nacimiento, vida, crisis, muerte. Palabras que conectamos con la naturaleza misma de las fases lunares resumidas en estas tres cartas.
Finalmente, son arquetipos que nos guían hacia la transformación psíquica, que orientan nuestro devenir como mujeres y que nos recuerdan que el ser femenino vive en continuo movimiento.
Por la astróloga y tarotista Victoria García Garcilazo. (En Instagram @lavictoriadevenus)