Los bomberos voluntarios de Centenario, una ciudad de 30.000 habitantes que está ubicada a 15 kilómetros de Neuquén, todavía intentaban bajar las pulsaciones después de haber combatido un incendio cuando Manuela ingresó al cuartel convulsionando, en brazos de su mamá, quien gritaba pidiendo ayuda. La situación, dramática y tensa, no los tomó por sorpresa.
Apenas escuchó los gritos desde la calle, Mikael Lucero, uno de los bomberos, abrió la puerta y agarró a la nena, la puso sobre sus piernas y comenzó a realizar distintas maniobras. De inmediato, otros dos compañeros lo asistieron, mientras Cristina, la mamá de Manuela, se tomaba la cabeza, desesperada, y el padre, en estado de shock, miraba desde la puerta.
Fueron unos pocos segundos los que pasaron hasta que lograron estabilizar a la niña, quien fue asistida después por una enfermera del cuartel. Mientras tanto, los otros bomberos hablaban con la guardia del Hospital de Centenario, que ya estaba al tanto de la situación.
“Su mamá me contaba que se asustaron mucho, que viven en una zona retirada y que al ver a su hija de color azul y que no reaccionaba salieron haciendo rally y decidieron llevarla al cuartel de Bomberos”, le dijo Patricio Álvarez, jefe del cuartel de bomberos, al medio neuquino La Mañana.
El momento en el que los bomberos asisten a Manuela
Salvar niños: la sana costumbre de los bomberos de Centenario
La dramática y tensa situación situación no fue algo nuevo para los bomberos de Centenario. Es que en los últimos dos años tuvieron varios casos similares.
En septiembre del 2020, los efectivos salvaron a un nene que llegó sin poder respirar al cuartel. El menor, al igual que Manuela, también llegó al lugar en brazos de sus padres.
Un mes después, los bomberos de Centenario ayudaron a un nene de poco más de un año que vivía a cinco cuadras del cuartel y fue llevado por sus padres y hermanos porque no podía respirar.
Además, en abril del año pasado una beba de solo cuatro meses llegó en brazos de su madre. Las rápidas maniobras de RCP de los bomberos lograron que la pequeña volviera a respirar.
Pocos meses después, en noviembre pasado, un hombre llegó con su hija que no respiraba en brazos. Los efectivos pusieron a la beba sobre una mesa y comenzaron a realizarle masajes en el pecho hasta que volvió a respirar.
“Ya habremos atendido unos 14 o 15 casos de estas situaciones y siempre con menores, por suerte siempre pudimos ayudarlos”, celebró Alvarez, al frente del cuartel.
Otras noticias
