Unión tenía todo a su favor para estirar su ventaja en un historial que dominaba desde hace 64 años. Le ganaba a Colón en su cancha y contaba con un jugador de más por la expulsión infantil de Facundo Garcés, en el cierre del primer tiempo. Hasta que a los 12 minutos del segundo tiempo, Juan Portillo se dejó llevar por el ambiente y le aplicó una brutal patada a Rodrigo Aliendro, que paralizó los corazones hasta de los hinchas de Independiente, que pretende contratarlo.
Darío Herrera necesitó revisar la jugada en el VAR para modificar la tarjeta amarilla por una roja para el mediocampista de Unión y en la repetición que se mostró en la transmisión oficial se vio cómo la pierna derecha de Aliendro se dobló casi a 90 grados. El presagio era de mínima una lesión en el tobillo.
Pero Aliendro no sólo se mantuvo en cancha, sino que apareció en el área diez minutos después para capturar una pelota suelta y llegar antes que el arquero uruguayo Santiago Mele, que le cometió penal.
Farías lo cambió por gol y todo fue festejo para los Sabaleros, que por unos minutos soñaron con el triunfo de remontada -lo dio vuelta Wanchope Ábila-, pero se quedaron masticando bronca por el agónico empate del Tatengue.
