Un joven ex agente de Policía de Misiones esquivó el juicio oral y aceptó una condena a nueve años de cárcel por grooming y abuso sexual de un chico de 11 años. Joaquín David Solís optó por el juicio abreviado ante el cúmulo de pruebas que los investigadores hallaron en su teléfono celular y la posibilidad de recibir una condena mucho más elevada.
El policía, de 26 años, está preso desde abril de 2020 en un pabellón de la Unidad Penal VIII, destinada a ex policías, y este miércoles debía enfrentar al Tribunal Penal de Oberá, que lo iba a juzgar por los delitos de grooming, abuso sexual con acceso carnal y promoción de la corrupción de un menor.
Sobre la hora de inicio del debate oral pero no público, la defensa de Solís y la Fiscalía llegaron a un acuerdo sobre el tiempo que el ex policía deberá pasar detenido: nueve años. El juicio abreviado será aceptado en los próximos días por los jueces.
La investigación contra Solís se disparó en abril de 2020, cuando una mujer que reside en la localidad de Guaraní, en la zona centro de Misiones, notó que su hijo de 11 años comenzó a tener comportamientos extraños. Y los motivos los halló en el celular que el chico había recibido poco tiempo antes para poder realizar sus tareas escolares en tiempos de clases virtuales por la pandemia de coronavirus.
El vínculo del agente con el chico había comenzado semanas antes en una canchita de fútbol barrial. Apenas Solís advirtió que el menor tenía un teléfono celular, le pidió el número y desde allí comenzó a contactarlo con la excusa de juegos que tenían como prenda para el perdedor quitarse la ropa y pasar una fotografía desnudo.
Apenas tuvo esas imágenes, Solís empezó a extorsionar al chico con publicarlas si no accedía a encontrarse con él. Finalmente el menor cedió y el policía pactó un encuentro en un descampado de Guaraní, donde finalmente cometió el abuso.
Apenas la madre de la víctima realizó la denuncia, la Policía decidió mantener vigente la línea telefónica de la víctima para esperar un nuevo contacto del abusador. El 23 de abril, Solís volvió a enviar un mensaje, sin sospechar que era un policía quien respondía los mensajes.
El ahora condenado le propuso un nuevo encuentro al chico y los investigadores siguieron el perverso juego. Así acordaron que sería en la casa del menor porque supuestamente sus padres no estarían.
El 23 de abril de 2020, apenas ingresó a la casa, Solís fue detenido por sus propios compañeros de trabajo. Se le secuestraron dos teléfonos celulares donde se hallaron pruebas contundentes no sólo del acoso y la extorsión, sino también del abuso sexual.
Solís provenía de una familia de policías y su último destino había sido la División Montada de Posadas. Tras su detención fue pasado a disponibilidad y finalmente destituido por la Jefatura de Policía.
Misiones. Corresponsal.
GL
