Pedirle a Ricky Gervais que no provoque es como si le hubiésemos pedido a Enrique Pinti que no dijera malas palabras: imposible. Y de eso se trata SuperNature, el nuevo especial de Netflix, de provocar y más que correr los límites, saltarlos para llegar lo más lejos posible.
Éste es el segundo especial que hace para la cadena en el formato stand up, un género que tiene en él -probablemente- al mejor de su época.
Según se encarga de explicar Ricky Gervais al comienzo, el nombre del espectáculo es porque no cree en lo sobrenatural y lo justifica burlándose de los cazadores de fantasmas o los grupos que se juntan a hablar de sus vidas pasadas. En cambio, se asume un enamorado de la naturaleza, habla de sus gatos “antiestrés” y de la alegría que dan los perros a los humanos.
Ricky Gervais, posando para su nuevo diclo de Netflix: SuperNature.
Hablar de lo que nadie habla
Sin embargo, esa falsa ancla es un pretexto de apenas unos minutos dentro de la hora de duración, lo demás gira en torno a todos esos temas que -se supone- nadie debería tratar en público y mucho menos ante una audiencia de millones de personas: enfermedades, género, elección sexual, obesidad, Hitler, etcétera.
No hay dudas de que Gervais sabe perfectamente lo que genera, y hasta se toma un tiempo para aclararlo, explicando algo así como “las reglas de la comedia” y bromea con las partes del espectáculo que va a cortar -por supuesto que no lo hace- para que nadie se sienta ofendido (“no va a quedar nada para el especial”).
Nadie que tenga una mínima noción de quién es Ricky Gervais puede verse sorprendido por el temario de su comedia, basta con decirle “Ricky no hagas eso” para que Ricky vaya y lo haga.
Por eso no es casual que después del incidente pugilístico protagonizado por Will Smith en los Oscar, haya salido en defensa de Chris Rock -otro socio del Club de los provocadores-. ¿Lo hizo con un discurso sobre la libre expresión y las reglas del humor? No, lo hizo cantando “vale cuatro” con un fragmento de The Office, en el que él mismo se burlaba de la alopecia.
Ricky Gervais no tiene miedo a ser políticamente incorrecto en “SuperNature”. Foto Netflix
Pero, ¿quién es Ricky Gervais?
Para muchos, Ricky Gervais es ese británico desbocado que dice lo que nadie se anima en las entregas de premios -los Globo de Oro por ejemplo-, donde incomoda a todas esas estrellas que miden hasta la mínima mueca frente a cámara. Pero es mucho más que eso.
Sólo por capricho reduccionista, podríamos citar dos grandes mojones en su carrera: The Office y After Life.
La primera la creó, escribió y dirigió junto a Stephen Merchant, durante apenas 14 episodios en el Reino Unido y fue levantada por falta de audiencia. Dos años después, la serie tuvo su revancha con la versión norteamericana protagonizada por Steve Carell: estuvo al aire 9 temporadas con más de 200 episodios y es considerada un clásico.
Más cercana en el tiempo fue After Life, que tuvo su última temporada este año. También la escribió, la dirigió y la protagonizó. Una serie perfecta donde, además de su clásico humor, exploró la existencia, el amor, la soledad y la muerte, con una sensibilidad conmovedora, capaz de emocionar a sus propios detractores.
Ya hubo quejas por los chistes de Ricky Gervais en “Supernature”, pero era lo que se esperaba. Foto Netflix
En SuperNature, Gervais se vuelve a salir con la suya: reflexiona y provoca para regalarnos una colección de los mejores chistes de estos tiempos de sobreactuada corrección.
Como era de esperar, ya hubo quejas de todo tipo sobre el especial. “La gente se ofende cuando confunde el tema de una broma con el objetivo real”, le dijo Gervais a Stephen Colbert hace unos días. Después de todo, creer que el humor fomenta el odio es como sostener que Breaking Bad fomenta el narcotráfico o Romeo y Julieta el suicidio.
Mientras muchos humoristas hacen equilibrio entre lo que quieren decir y lo que “está bien” decir, SuperNature parece no saber siquiera qué es la autocensura, lo que habla bien de Ricky Gervais por escribirlo y decirlo en voz alta, y de Netflix por ponerlo al aire, aun sabiendo de los cuestionamientos que recibirán. Y eso, en tiempos de “cancelación” con tufillo a censura, ya es una buena noticia.
WD