Los trastornos del espectro autista (TEA) son discapacidades del desarrollo causadas por diferencias en el cerebro. Algunas personas con TEA tienen una diferencia conocida, como una afección genética. El tema fue tratado este miércoles en “Ventana a la Ciencia”, espacio que conduce la periodista Daniela Orlandi para Los Primeros TV, donde los jefes de Desarrollo Infantil de los hospitales Avellaneda y Eva Perón, Juan Pablo Molina y Paula Quintana, respectivamente, afirmaron que en Tucumán aumentaron las consultas de los papás, al punto tal que “no damos abasto”.
“La verdad que la demanda es altísima en cuanto a las consultas que realizan los padres, pero este no es un fenómeno de ahora pospandemia, sino que es algo que se aprecia en los últimos 15 años hay en el mundo una mayor incidencia del autismo y se está estudiando porque se produjo esto. Pero hay una idea primaria, se cree que se debe a que cambiaron los criterios de diagnósticos porque hay más consultas y más servicios para atender este tipo de trastornos. Además, también porque hay más información en la población general”, explicó Molina.
Los TEA aparecen antes de los tres años de edad y pueden durar toda la vida, aunque los síntomas podrían mejorar con el tiempo. Algunos niños muestran síntomas de TEA en los primeros 12 meses de vida. En otros, puede que los síntomas no aparezcan hasta los 24 meses o después. Algunos niños con TEA adquieren nuevas destrezas y alcanzan indicadores del desarrollo hasta alrededor de los 18 a 24 meses de edad, y después dejan de adquirir nuevas destrezas o pierden las que ya tenían.
Las personas con TEA con frecuencia tienen problemas con la comunicación y la interacción sociales, y conductas o intereses restrictivos o repetitivos. Las personas con TEA también podrían tener maneras distintas de aprender, moverse o prestar atención.
Para Paula Quintana “el autismo es una condición y no una enfermedad porque no sabemos cuál su causa y es una condición que prevalece toda la vida y la sintomatología es evolutiva, donde puede tener ser que una persona se interese más por una determinada cosa o que le cueste más otra, y con el tratamiento esto se va resolviendo”.
Molina indicó que el autismo tiene una incidencia muy alta en la población infantil, comparada con enfermedades como el asma y la diabetes. Sostuvo que “el autismo está dentro de aquellas enfermedades infantiles que eran consideradas frecuentes y que hoy se llaman enfermedades de la nueva morbilidad dentro de la pediatría”.