Rodolfo Bebán falleció en las últimas horas a los 84 años. Si bien no trascendieron detalles de su muerte, sí se supo que en los últimos años se encontraba residiendo en un geriátrico.
“Ya no quiere salir, ni comer, ni nada. Yo lo llamo y a veces me contesta, a veces no”, alarmó Jorge Martínez meses atrás en una visita a Intrusos, respecto al presente de Rodolfo Bebán. “¿Está depresivo o está enfermo?”, le consultó la periodista Marcela Tauro. Entonces el actor, que se había definido como un “amigote” suyo, hizo una pausa, quizás buscando por un instante asumir de una vez por todas esa realidad que tanto nos atraviesa. “Las dos cosas…”, explicó. Y ya nada más se supo de quien fuera uno de los grandes artistas de la escena nacional.
Este domingo 14 de agosto llegaría la triste confirmación de la Asociación Argentina de Actores luego de que la versión circular con fuerza en las redacciones periodísticas: en la noche del sábado el corazón de Rodolfo Tilli -el hombre que, ya como Bebán, supo dejar en vilo los corazones de tantos otros con sus actuaciones- dejó de latir. Tenía 84 años. Y desde hacía un tiempo estaba alojado en un geriátrico.

Su familia -era padre de seis hijos- buscó preservar intimidad, y por esa razón poco se supo de él desde que en 2014 se despidió de la televisión. Apenas aquellas palabras de Martínez y todo su penar. Y este desenlace desolador luego de que se sumergiera en el olvido al galán de telenovelas que en los 60 había alcanzado una enorme popularidad con El amor tiene cara de mujer, en Canal 13.
En un principio, lo habían convocado para hacer solo tres capítulos, y se quedó. O más bien, lo obligaron a quedarse: esa mirada -irrepetible, solo suya- y su talento -que también llevaría al cine, recreando personalidades históricas como Juan Manuel de Rosas o Juan Moreira, y el teatro, adonde dio sus primeros pasos, en el Morón que lo vio crecer- llevaron a que los productores extendieran su participación. “Empecé a vivir en el canal”, recordaría luego, repasando aquel suceso que protagonizó junto a Bárbara Mujica y Thelma Biral. Aunque en rigor, se luciría en casi todas las emisoras, como con Alta Comedia en el 9 y Cuatro hombres para Eva en el viejo canal 11, entre tantos otros ciclos. Incluso fue contratado por la cadena mexicana Televisa para estar en el culebrón Muñeca.
Camino al amor, una ficción que el productor y director Quique Estevanez puso al aire en 2014, marcaría el adiós de esa pantalla chica que tanto lo había visto brillar. Allí Bebán, luego de compartir elenco con Sebastián Estébanez, Mariano Martínez y Carina Zampini, reconocía estar en paz porque, en lo profesional, había podido desarrollarse en “la profesión que amo”, y en lo personal, había tenido “los hijos que me hubiera gustado tener”, aunque siempre reconoció que no estuvo presente para ellos, que no fue un buen padre. Y advertía: “Uno nunca puede sentirse totalmente feliz por lo que ha hecho”.
La historia de Rodolfo Bebán, un galán inolvidable
Hijo del actor Miguel Bebán, Rodolfo Enrique Tilli empezó su camino en el teatro under en 1955. El éxito llegaría cuando protagonizó El amor tiene cara de mujer, donde fue uno de los protagonistas junto a Bárbara Mujica y Thelma Biral. Su perfil de galán era tal que encarnó a Romeo en el clásico de William Shakespeare, mientras que Julieta fue interpretada por Evangelina Salazar.
Además, entre sus trabajos televisivos se encuentran exitosos ciclos como Nazareno Reyes, Cuatro hombres para Eva, Malevo, Alta Comedia, entre otros tantos. En teatro también se destacó por su labor en Las amorosas, Las mariposas son libres (junto a Susana Giménez), Diario de un loco, Misery, Hamlet, Democracia, entre muchas otras. Su último trabajo sobre las tablas fue en Filosofía de vida junto a Alfredo Alcón y Claudia Lapacó, su exesposa con quien tuvo 2 hijos.

En cine tampoco pasó desapercibido y hasta se dio el lujo de protagonizar Juan Moreira, el recordado film de Leonardo Favio, Los muchachos de antes no usaban gomina, Juan Manuel de Rosas, Del brazo y por la calle, y más.
Recibió el Premio Podestá a la Trayectoria Honorable en 1997, otorgado por la Asociación Argentina de Actores y el Senado de la Nación.
En cuanto a su vida personal, siempre mantuvo un bajo perfil. Además de su romance con Lapacó, también tuvo una gran historia de amor con Gabriela Gili. Cuando ella falleció en 1991, él cayó en una fuerte depresión y no volvió a reconstruir su vida amorosa.