Fabricio Cagnin, el hijo menor de la legendaria cantante tropical Gilda, fue el único sobreviviente del trágico accidente en micro ocurrido el 7 de septiembre de 1996, en la Ruta Nacional 12, a la altura de Entre Ríos. El joven tenía apenas ocho años y ese día le tocó perder a su madre, su hermana y su abuela. Hoy, con 34, es padre de dos nenas y está a punto de lanzarse como cantante, un sueño pendiente que se concretará oficialmente cuando se cumpla el 26º aniversario de aquella fatídica noche.
Myriam Alejandra Bianchi Scioli -el verdadero nombre de la artista- tuvo dos hijos con el empresario Raúl Cagnin: Mariel y Fabricio. La boda de la pareja se llevó a cabo en 1981, pero diez años más tarde se separaron. La cantante viajaba junto a su madre, Isabel Scioli, sus dos pequeños y varios integrantes de su banda musical cuando un camión embistió al colectivo en el kilómetro 129 de la autovía.
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Fabricio creció alejado de los medios y hasta hace poco ni siquiera tenía un perfil público en las redes sociales. Sin embargo, fue la pieza clave para la realización de la película Gilda, no me arrepiento de este amor (2016), ya que no solo entabló un vínculo muy cercano con la directora, Lorena Muñoz, sino que también colaboró con detalles de la historia y cedió material de archivo con fotos inéditas de su madre.
Hace poco más de un año, el joven desembarcó en Instagram para compartir las primeras imágenes de su nueva faceta de cantante. Y tal como anunció en las últimas horas, este miércoles saldrá a la luz su primera canción, “Crují”. Además, presentó su nombre artístico, Chio.
“¿Cómo andan? Bueno, yo estoy feliz. Salió el primer trailer de ‘Crují’, un tema hermoso que saco el 7 de septiembre. Así que los invito a que se suscriban a mi canal de YouTube”, anunció Fabricio a través de una historia de Instagram. Y completó: “Muchas gracias siempre por todo el amor, por todo el cariño que me mandan, y las buenas energías. Abrazo enorme”.
El anuncio del hijo de Gilda fue una verdadera sorpresa para los fans de la cantante, que se hicieron eco de la noticia, replicaron la publicación y le desearon éxitos al heredero en su nuevo camino artístico.
La última vez que había utilizado su cuenta de Instagram fue el 11 de octubre del año pasado, el día en que su mamá hubiese cumplido 60 años. “Yo ya entendí que el tiempo no existe. Que es una construcción humana para medir, de alguna manera, el paso por la vida. ¿Qué es la vida? ¿Es sólo lo que podemos ver, con nuestro finito ojo mundano? En vueltas al sol, hoy serían tus 60″, redactó en un sentido texto.
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“Te abrazo cada día, me abrazas cada día. Brindamos y celebramos este hermoso presente, ma. Miento si te digo que no te extraño, que no me encantaría abrazarte con un cuerpo tanto más grande que el que dejaste acá. Que no me gustaría que las nenas soplen las velitas a upa tuyo. Que no me gustaría mirarte así, cómplice como en la foto. Pero yo sé que estás. Tus señales son precisas”, agregó. Y cerró: “Gracias por nacer, y por ser mi mamá. Feliz eterna vida. Te amo siempre”.
¿En qué año murió Gilda?
Para 1996, Gilda se encontraba en el momento más alto de su carrera. Todas las provincias querían bailar con su música, todos los boliches querían su presencia y ya rondaba la idea de que era milagrosa, pese a que ella renegaba de este dote. Pero tomó un instante de tragedia para frenar en seco el ascenso de la estrella musical que se volvió leyenda.
El 7 de septiembre de 1996, en el km 129 de las ruta nacional 12, murió Gilda. Según testigos, la colisión que le costó la vida a la intérprete se produjo cuando un camión de la empresa brasileña Interpress, tras morder la banquina, intentó volver al camino e impactó de frente contra el vehículo en el que se desplazaba la cantante, que pegó contra dos autos particulares y volcó varias veces.
Al momento de su repentina y trágica muerte tenía 35 años. Su hija Mariela Magnin de 10 años viajaba con ella, al igual que su mamá Isabel Scioli. Ambas murieron en el acto. Los músicos que perdieron la vida en el accidente fueron Raúl Larrosa, Elbio Mazzuco, Gustavo Babini y Enrique Tolosa.
«Yo no hice un santuario, ese nombre se lo pusieron los medios, la gente«, explicó a Télam Carlos Maza, dueño del predio donde fanáticos y devotos de Gilda construyeron su recuerdo. «Mi objetivo era hacerle un monolito, un lugar donde poder recordarla«. El padre de familia fue el primero en dejar una imagen de la cantante en el sitio de su accidente, una simple foto y una placa sobre un tronco.
Para entonces, la superstición alrededor de Gilda ya recorría los barrios argentinos. Con su hijo a punto de ser operado por cuarta vez por su cáncer, Maza decidió rezarle a la cumbiera: «No tengo una explicación. Simplemente me aferré a eso, a prometerle que si mi hijo salía bien yo me iba a encargar de que su lugar estuviera siempre lindo«. 25 años después, con su hijo saludable y padre de su nieto, Maza y su mujer cumplen su promesa con la santa de la bailanta.
En el lugar del siniestro, alrededor del mismo colectivo que trasladó a Gilda aquel fatídico día, los seguidores de la artista construyeron un galpón repleto de imágenes, rosarios y estatuillas donde rezarle.