Bien es sabido que una de las reinas de la realeza más queridas de España es sin duda alguna la reina Sofía, y es que la progenitora del rey Felipe siempre ha sido una mujer de noble corazón, solidaria, religiosa, cualidades que la han llevado a convertirse en la persona amada por el pueblo español.
Sin embargo, ese éxito de la reina Sofía también lo ha conseguido Letizia quien es aclamada por su estilismo. Y es que tanto la ex periodista como la soberana, ambas son espirituales, vegetarianas, practican meditación y creen en las terapias naturales, cosas que a pesar de tener en común jamás han logrado tener una relación perfecta.
Una azafata a Sofía “las niñas cómo están?” “Las niñas no sé cómo están, las infantas muy bien, gracias”. https://t.co/3hTfMzwXeU
— Pilar Eyre (@pilareyre) December 12, 2021
Pero no todo lo que brilla siempre es hora, y detrás de un rostro angelical siempre se esconde una persona dura, prepotente y sin límites para desprestigiar y ser arrogante con las personas. Este es el caso de la reina Sofía quien se quitó la máscara y mostrar quien es realmente. Informa Voces Críticas
Fue la periodista en realeza, Pilar Eyre la encargada de revelar algunos detalles oscuros de la reina Sofía, es por ello que la experta en Casa Real escribió “La Soledad de la reina” uno de sus libros más vendidos, deja al descubierto la arrogancia que hay detrás de un rostro como lo tiene la mujer de Juan Carlos I cuando cree que nadie la está viendo.
La reportera, recuerda un episodio que se vivió en un centro educativo con la nuera de la reina Sofía, Letizia, cuando un grupo de niñas tuvieron la oportunidad de acercarse a ella y realizarse una serie de preguntas. Una de ellas le consultó en esa ocasión que querría que fuesen sus hijas al ser mayores, a lo que Letizia respondió tajante “lo que quiere no, lo que debe ser”.
Caso que ocurrió parecido a la reina Sofía cuando la emérita subió a un avión de Iberia acompañada de Elena y Cristina cuando eran niñas. Por lo que se acercó amablemente una azafatA y le preguntó por las niñas. Corrigiéndola de manera fuerte y déspota “No son niñas, son Infantas”, dejando entrever la gran diferencia que existe entre la Casa real y el resto de los ciudadanos españoles, mostrando con ello, sus aires de grandeza desconcertando a muchos al pensar que era una persona noble y sencilla.