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Desde aquel lunes 17 de octubre cuando Santiago del Moro, al frente de la conducción, presentó a cada uno de los participantes hasta la noche del lunes, cuando se apagaron las luces de la casa y Marcos Ginocchio ganó; pasó de todo: amores, discusiones, traiciones, venganza y amistad. Es que a esta décima edición del reality de convivencia y estrategias no le faltaron condimentos y se convirtió en un suceso, el programa más visto de la televisión argentina durante los cinco meses que estuvo al aire y, como era de esperar, tuvo su gran final a la altura, con picos de 31 puntos de rating.

Esas fueron las palabras que eligió el actual flamante ganador de Gran Hermano 2022 para presentarse en el casting del reality en el que estuvo cinco meses aislado y del que se llevó amigos, el cariño de un país entero y cuya participación batió récords. Por ese entonces, el estudiante de Derecho hablaba de la confianza en sí mismo y que no le interesaba lo que los demás piensen de él.

“Hola, soy Marcos Ginocchio, de Salta capital, tengo 22 años. Me gusta mucho hacer bromas, pasarla bien. Lo tomo todo como un desafío. Pienso que yo vivo para mí, no vivo para los demás, no me interesa lo que los demás piensen de mí. Yo soy natural, y de alguna forma eso muestra confianza en mi mismo. Todos en algún momento nos vamos a morir y siento que el peor error que nos puede pasar es llegar a viejo y darnos cuenta que por cosas que vos pensás, o que la gente pensaba de vos, te pediste muchas cosas. Cuando voy a un boliche por ahí me descontrolo un poco, porque me desinhibo mucho.

Pierdo mucho la paciencia con la gente que trata mal a los demás, empiezo a tratarlos de la misma manera o peor, es como un defecto que tengo: cuando me enojo, me enojo mucho. Pasa que en los boliches pasan, te molestan, te ‘pechan’, te tiran y vos están bailando con tus amigos, con tu novia y les decís ‘bueno, pará un poco’”.

Y fue justamente su forma de actuar, de pensar y de relacionarse con los demás lo que lo convirtió en el favorito tanto adentro como fuera de la casa: por caso, fue el primer hombre en llegar a un millón de seguidores en Instagram, red social que siguió manejando su familia desde afuera. También fue uno de los más demostró su personalidad, lejos de querer jugar: fue el único finalista en no aplicar la nominación espontánea y siempre que votó a sus compañeros, lo hizo desde la afinidad y no pensando en algún tipo de estrategia.

Marcos Ginocchio fue el participante que más costó descifrar. Su forma de ser, sus silencios y sus intervenciones justas y necesarias, en tanto, lo posicionaron como uno de los favoritos del público. Por caso, fue el único participante que salió primero en todas las placas de nominación y tiene el récor de menor porcentaje de voto negativo (0,47 %).

Su vida es un misterio: se sabe que le falta un año para recibirse de abogado, que entrena cuatro veces por semana, que practica artes marciales, que es muy familiero, que sus padres están separados y que sus hermanos no viven en la Argentina. También ha trabajado como modelo para campañas publicitarias, pero ese dato no lo quiso contar dentro de la casa, sino que quedó a la vista por las fotos que solía compartir en su cuenta de Instagram cuando era anónimo.

Durante todo el juego, obtuvo 30 votos en contra por parte de sus compañeros, y fue el ganador del único liderazgo elegido por el público, gracias a su hermana Valentina: la visita de ella fue reconfortante y lo ayudó para seguir adelante cuando estaba a punto de bajar los brazos, según él mismo contó, aturdido por el encierro y extrañando demasiado a los suyos. Sí que valió la pena el esfuerzo.

Gran Hermano
Gran Hermano: Marcos y sus hermanos

Su vida sentimental es otro misterio: contó que se separó antes de ingresar a la casa más famosa del país, pero hay versiones que indican que lo hizo para mantener a su novia fuera del foco de los medios y que ella lo esperó afuera. Su familia, por su parte, sostuvo siempre la misma postura de Marcos: que él les dijo que estaba separado. En tanto, les avisó que entraría a Gran Hermano cuando ya era un hecho, horas antes de aislarse por completo, en octubre del año pasado.

Una vez adentro, tuvo mayor afinidad con Agustín. Por caso, cuando el participante reingresó, lo hizo corriendo y gritando el nombre de su amigo, quien le dio un abrazo fraternal cuando lo volvió a ver. Recuperó el alivio y a un compañero. Y cuando entró su hermano José -que viajó especialmente desde los Estados Unidos- se habló de la similitud física con su amigo y entendieron el cariño de Marcos.

Su manera de actuar, el respeto con el que se expresa hacia el otro, cómo habla de su familia, los vínculos, sus amistades y el cariño que tiene hacia los animales lo posicionaron como uno de los favoritos dentro del certamen. En las redes sociales tiene numerosas cuentas de fanáticas, así como también hubo quienes insistieron en algún tipo de shippeo con Julieta, pese a que ambos se encargaron de aclarar que no era más que una amistad. “Somos primos”, se cansaron de repetir.

Ahora disfruta de su gran presente: no solo por el premio mayor (casi 20 millones de pesos y una casa), sino por el cariño de la gente, de un país entero que lo ama y que quiso que se consagrara ganador de la edición de Gran Hermano. No obstante, a Marcos lo único que le preocupaba era saber cómo estaban su familia y sus amigos afuera, los suyos, aquellos que siempre estuvieron para él y que lo acompañaron durante todo este tiempo.

Gran Hermano Los panelistas de El Debate (Telefe)
Los panelistas de El Debate

Si bien se reencontró con ellos anoche, apenas salió de la casa, volvieron a aislarlo en un hotel. Allí tendrá profundas charlas con el psicólogo y de a poco se irá reuniendo con sus seres queridos, así como también volverá a tener contacto con el celular y ahí terminará de entender el cariño que se ganó en los cinco meses que permaneció en el reality en el que se mostró tal cual es, personalidad que lo consagró anoche y que, sin dudas, marcó un antes y un después en su vida.

Ahora depende de él cómo quiere seguir: si con una carrera en los medios de comunicación o volver al anonimato y seguir disfrutando de sus amigos y familia como lo hacía antes.

MORITA DESPIDIÓ A NACHO DE LA CASA DE GRAN HERMANO Y SORPRENDIÓ CON SU ACTITUD

“Ahora, Nacho, es momento de crear. Abrazo gigante, Felicidades”, le dijo Gran Hermano a Nacho, que se volvió a abrazar con Marcos a pura lágrima, mientras se daban ánimo mutuamente.

De esta manera, Ignacio se movilizó hasta la puerta con su valija mientras Marcos permanecía de pie frente a la casa con Morita en su brazo izquierdo. Pero mientras el participante agitaba el miembro derecho, la perrita movía sus patas delanteras como si estuviera aplaudiendo.

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