sábado 22 de abril de 2023

Sanxenxo está siendo objeto de gran atención por parte de monárquicos, republicanos y fisgones sin afiliación política, quienes examinan con minuciosidad todo lo que ocurre en la zona. La presencia de Juan Carlos a bordo del Bribón ha sido un tema de gran interés, especialmente por los esfuerzos por mantener la discreción y evitar cualquier escándalo que pudiera hacer recordar el incidente que tuvo lugar el año pasado con Felipe VI y su esposa la reina Letizia.

A pesar de esto, hay malas caras, silencios y ausencias significativas, y el entusiasmo que anteriormente despertaba el emérito ha disminuido. Juan Carlos, por su parte, ha adoptado una actitud humilde y parece estar en consonancia con la posición de su hijo Felipe. Incluso la entrada de Juan Carlos en el agua no ha causado tanto revuelo como antes. Mientras tanto, Letizia es descrita como la nuera maléfica.

Durante este jueves pasado, Letizia tuvo una oportunidad para eclipsar la atención de su suegro. Mientras Juan Carlos se preparaba para entrenar en las regatas del Club Náutico de Sanxenxo, ella se quedó en Madrid y presidió un evento militar en la Base Aérea de Cuatro Vientos. Celebrando el centenario del primer transporte aéreo médico realizado en España durante la guerra contra Marruecos, este evento parecía una elección irónica de lugar y momento.

Las imágenes que se captaron durante la llegada de la reina al evento son más que aprovechables, en especial aquellas que muestran las sillas inapropiadas que le habían reservado. A pesar de que la culpa no era suya, la situación fue bastante ridícula y la reina no pareció muy contenta con ellas. Las caras que puso al ver las sillas y el esfuerzo de los organizadores por disfrazarlas dejaron en claro su descontento.

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Los organizadores intentaron ocultar el hecho de que las sillas eran inapropiadas para la ocasión, pero la esposa de Felipe VI se dio cuenta al instante. Las sillas eran incómodas, básicas y duras como una piedra, con patas de plástico barato que quedaban expuestas por el tejido que las cubría. Informa Voces Críticas.

No se sabe si se trata de un boicot de los infiltrados de su suegro o de un simple error de organización, pero lo cierto es que la escena ha sido cuanto menos ridícula. Algunas de las fotografías del día han dado mucho juego en las redes sociales y los medios de comunicación, convirtiendo la visita de Letizia en Cuatro Vientos en el tema del día. Al final, parece que la consorte no ha podido contraprogramar del todo a su suegro en su juego de poder y atención mediática.

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/Fuente Voces Criticas