domingo 30 de abril de 2023
Los pasteles de boda de la realeza se caracterizan por ser altos, muy muy altos, pero hay una razón para ello. A lo largo de los años y las bodas que han habido en las monaquías, son así de altos para cubrir la demanda de invitados y también para donarlos a instituciones benéficas. Los pedazos son enviados a organizaciones apoyados por los recién casados.
Un pastel de boda de la realeza es una obra de arte que implica un gran reto. Algunos han medido hasta 10 pies de alto, sin sumar la cantidad de adornos y accesorios ue contienen. Estos elementos llegan a ser los más fotografiadlos en los matrimonios en la Abadía de Westminster.
El pastel de bodas de la reina Isabel II, matrimonio con el príncipe Felipe, tuvo cuatro pisos, y una decoración muy elaborada que tenía figuras de querubines alrededor, tal y como lo vemos en la foto. Esta obra de repostería de la realeza fue hecha por la empresa McVitie and Price. Fue un pastel muy exótico, que incluía ingredientes de todas partes del mundo y azúcar importada de Australia.
Mientras que el pastel de boda de la reina Isabel II midió unos impresionantes nueve pies, el que usó para el matrimonio del príncipe Rainier III y Grace de Mónaco tampoco se queda atrás en altura, compitiendo muy de cerca con el pastel de bodas de tres pisos de la princesa Margaret en 1960. Otra gran creación repostera de la monarquía.
En la boda del príncipe Harold de Noruega (foto) se usaron un total de 200 huevos, lo cual lo convierte en uno de las obras de resposterías más altas de la realeza. El príncipe Harold se casó con Sonja Haralsen en 1968. Midió 8 píes de altura.
Otras tortas de boda de la realeza que tuvieron una gran altura pero que no podemos obviar en esta pequeña lista son la del matrimonio entre Capitán Marco Felipe con la princesa Ana (5 pisos) en 1973 y el pastel de bodas que se usó en la boda del alquel entonces príncipe Carlos y la princesa Lady Di que midió 5 pies de alto.