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Este martes, el juicio llegó a su fin y el único imputado, Darío Suárez, fue sentenciado a prisión perpetua por el secuestro y desaparición de Daiana Garnica, hecho ocurrido en 2017.
El caso
Aquel sábado 6 de mayo, Daiana Garnica, de 17 años, recibió en su celular un mensaje de WhatsApp de su vecino, Darío Suárez, un hombre de 40 años que vivía con su esposa y sus hijos a 20 metros de la casa de Alderetes, donde la adolescente vivía con su mamá, Susana Cisneros, y sus siete hermanos: Soledad, Joel, Gabriel, Leonardo, Fabio, Silvia y Melina. Los Suárez y los Garnica habían compartido infinidad de mates, de cenas, de festejos, tardes enteras de charlas en casa de unos y de otros. Darío y Daiana se conocían, él le decía que ella era su «hermanita» y ella confiaba en él.
«Escuchame hermanita chikita esto no tiene que saber nadie, es una sorpresa para mi vieja por eso te dije que no sepa nadie, inventale cualquier cosas a tu mamá así salís un rato. No quiero q me falles después te llevo hasta Alderete», decía uno de los mensajes que Suárez le mandó ese sábado a Daiana. Más tarde lo borró de su teléfono, pero quedó grabado en el de ella. «Salí un ratito afuera así te llamo», le pidió. Ella salió y hablaron. Después insistió con más mensajes en que no le dijera a nadie que se iba con él: «nole digas k vas conmigo en la moto ah nadien desilen k vas en colectivo si«, escribió. Daiana caminó hasta la ruta. Un testigo anónimo declaró ante la Justicia que los vio juntos en la esquina de Jujuy y San Lorenzo, pero solamente Suárez volvió a su casa.
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