En medio del naufragio por la tormentosa caída electoral y las críticas a Mauricio Macri como el mariscal de la derrota, Juntos por el Cambio avanza inexorablemente hacia el iceberg de la desintegración.
Los primeros signos de la metamorfosis que se avecina en la que fue hasta ahora la principal coalición opositora puede apreciarse en la Cámara de Diputados.
La situación del sector mayoritario del PRO, que hizo «saludo uno, saludo dos» a la decisión que entre gallos y medianoche y sin previa consulta tomaron Macri y Patricia Bullrich de apoyar a Javier Milei en el balotaje, es cada vez más insostenible dentro de Juntos por el Cambio.
Fuentes parlamentarias vinculadas al sector «paloma» del PRO explicaron el panorama en diálogo con NA: «Lo ideal sería que sigamos todos juntos, pero es cierto este tema de Milei nos rompió la convivencia. Ya veníamos con diferencias sobre la forma de entender la construcción política pero de alguna manera la oposición al Gobierno nos aglutinaba. No sé qué va a pasar, pero la veo difícil», confesaron.
Los senadores de Juntos por el Cambio hicieron una foto de aparente unidad para transmitir calma en medio del vendaval, y lo mismo hicieron los gobernadores. Pero en Diputados son muchos más los actores que tienen que ponerse de acuerdo, y realmente no hay condiciones políticas para simular semejante puesta en escena.
Quizás el más gráfico para desbaratar esa fingida pantomima de unidad fue el ex ministro de Cultura de Macri, Pablo Avelluto, quien confesó que el domingo de la derrota vio sobre el escenario a «50 personas que se detestan entre sí».
Así las cosas, Juntos por el Cambio va camino a quebrarse, quedando de un lado entre 70 y 80 diputados nacionales de la UCR, Evolución, la Coalición Cívica y el ala blanda del PRO, que se referencia en el saliente jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta y en la ex gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal.
Del otro lado, unos 30 diputados del ala dura del PRO, sumado a figuras como José Luis Espert y Ricardo López Murphy.
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Este último sector, en caso de que gane Milei en el balotaje, podría armar un interbloque con La Libertad Avanza, que tendrá 38 integrantes desde el 10 de diciembre, o bien mantenerse como bancada independiente pero en una alianza tácita con la derecha mileísta.
Si Sergio Massa fuera el presidente, el arco de hipótesis se amplía aún más, y entre ellas no se descarta que las partes de Juntos por el Cambio puedan continuar artificialmente ensambladas, quizás bajo un nuevo nombre, como si fuera una familia disfuncional sin coordinación entre sus miembros.
«No descarto que sigamos juntos, pero si eso pasa se van a notar mucho las costuras y no sé cuánto tiempo va a resistir», admitieron las fuentes consultadas.
En las últimas horas, el sector macrista del PRO que lidera Cristian Ritondo en Diputados desactivó la difusión de un comunicado que iba a tener cerca de 30 firmas apoyando a Milei.
Para abortar la iniciativa, sopesaron que un pronunciamiento, institucional o no, iba a desatar más conflictividad puertas adentro de la que ya hay, con el riesgo incluso de acelerar la ruptura del bloque. Sin embargo, las diferencias son indisimulables y actúan como olla a presión.
Junto a Ritondo, iban a firmar, entre otros, Federico Angelini, Hernán Lombardi, Laura Rodríguez Machado, Fernando Iglesias, Soher el Sukaria, Francisco Sánchez, Pablo Tonelli y Pablo Torello. A algunos de ellos se les vence el mandato en diciembre y no renovaron banca.
En el otro extremo, la Coalición Cívica está que trina con Macri y ya vislumbran una ruptura inminente con la formación de un nuevo polo entre La Libertad Avanza y el ala dura del PRO.
El jefe de la bancada, Juan Manuel López, acusó al ex presidente de «hacer un acuerdo de cúpulas de noche a escondidas» y de haber «boicoteado primero a Rodríguez Larreta y después a Patricia Bullrich» para favorecer a Milei.
«Por lo que trascendió implica que se forme una nueva fuerza. Da la sensación de que si gana Milei, ellos van a arman un nuevo partido con él. Habrán acordado bloques parlamentarios, interbloques, desconozco detalles pero evidentemente reconfigura el sistema político», analizó, resignado, el referente de la CC-ARI.
El panorama en la UCR
Pese a todos los partidos políticos de Juntos por el Cambio sufren los coletazos del revés electoral de 22 de octubre, la UCR es la que podría quedar mejor parada de la caída.
De haber sido furgón de cola del PRO desde el 2015, la salida de Juntos por el Cambio del grueso del PRO colocaría al partido centenario como la fuerza más numerosa de la nueva coalición, que va a tener necesariamente un tamaño más chico que la actual conformación.
Si las aguas siguieran el curso natural de las cosas, la UCR debería recuperar la presidencia del interbloque aunque antes deberá dar un paso clave que es la reunificación de sus dos bloques.
En diciembre del 2021, un grupo de diputados nacionales referenciados en el liderazgo del senador nacional Martín Lousteau abandonaron el bloque de la UCR con críticas a la conducción que ejercía Mario Negri y la supuesta falta de «renovación» para formar una nueva bancada en JxC, que denominaron Evolución Radical.
La salida del cordobés de la presidencia del bloque acerca muchísimo el horizonte de la reunificación.
Según confirmó a NA una diputada radical, la reunificación «se está construyendo, en esa línea vamos».
«A fin de año se va a dar la sucesión en la conducción del comité nacional. En función de esos acuerdos se puede dar la posibilidad de que se reunifiquen los bloques», agregó.
Aclaró que pese a haber tenido «una mirada distinta sobre cómo construir el poder parlamentario en el radicalismo, ambos bloques siempre votaron juntos».