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La tabla de madera, a diferencia de las de fibra, requiere una limpieza periódica para evitar la contaminación con bacterias como escherichia coli, que pueden causar enfermedades transmitidas por los alimentos.

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Para evitar estos problemas, es imprescindible saber lavarla adecuadamente. Hay que enjuagarla, frotarla con una buena cantidad de bicarbonato de sodio y dejarla descansar media hora para finalmente lavarla a fondo con agua caliente y detergente. Además, hay que secarlas adecuadamente.

Pero también se recomienda lavarla entre cada uso con agua caliente y jabón, la forma más efectiva de evitar la contaminación cruzada. Eso sí, si está percudida y/o tiene grietas, es mejor jubilarla, porque en esos recovecos se esconden las bacterias y es casi imposible sacarlas de allí.

Fuente: Nexofin