La tos seca nocturna puede ser bastante molesta debido a que impide conciliar el sueño y descansar bien. También suele parecernos que aumenta o va a peor, ya que la posición horizontal lleva a que las vías aéreas superiores, como la faringe, se estrechen, y a que la secreción se acumule en el fondo de la garganta, pudiendo desencadenar un acceso de tos.
En cualquier caso, este síntoma dificulta un descanso reparador, lo que puede mermar la capacidad de recuperación natural del organismo, especialmente cuando la tos es consecuencia de una enfermedad.
La postura ideal para evitarlo es inclinar la cabeza de manera ligera con la ayuda de unas almohadas extra. La idea es elevar la cabeza suavemente para, así, dejar que la gravedad pueda hacer su trabajo. Es decir, ya sea boca arriba o de lado, la finalidad es permitir que la mucosidad se desplace, aliviando por tanto la irritación de la garganta.