La llegada de Ariel Ansaldo a la casa de Gran Hermano 2022 generó desde un primer momento el rechazo por parte de algunos de los participantes, y así, el parrillero transita los días, intentando pertenecer a alguno de los grupos que se formaron. Por el momento, no lo está logrando, y las discusiones son cada vez más habituales, llegando a los gritos y reproches en el cara a cara. Sin embargo, otros acusan al propio competidor de ser quien genera los enfrentamientos para después mostrarse como víctima.
Algunos de los chicos se encontraban en el patio practicando el fútbol-tenis, en momentos en que el parrillero decidió preparar el agua y em ate para ponerse a cebar cerca de ellos, mientras los observaba. Sin embargo, pese a su intención de ser servicial y convidar a quien quisiera, nadie le contestaba al momento en que los ofrecía, ya que seguían concentrados en su juego. Así las cosas, con Ariel tirado en el pasto y un “¿querés un mate?” constante, fueron pasando uno a uno los rechazos.

“Me voy a disfrutar del partido de los chicos y a disfrutar de la tarde esta, única e irrepetible”, explicaba Ariel, quien suele hablarle a las cámaras intentando generar empatía también con el público de afuera. Así fue como con un mate, el termo y unos almohadones se acomodó en el pasto y lanzó una advertencia: “Che, tengo mate acá, eh”. Aunque la única respuesta que recibió fue el silencio. Además, al colocarse cerca de quien se entretenían no era de extrañar que en cualquier momento recibiera un pelotazo, o el choque con alguno de ellos.
“¿Mate, alguno¡”, “Agustín, ¿te llevo un mate”, continuaba el parrillero, a la espera de alguna respuesta positiva, pero solo encontraba la indiferencia como resultado de sus palabras. Pero llegaría alguien para contestarte, y en un momento en que La Tora se acercó al patio, él como durante toda la tarde, le ofreció uno, a lo que ella aceptó. Su cara de satisfacción daba cuenta de lo que necesitaba que al menos uno de ellos lo considere. Ya para el final, hasta Maxi se acercó a tomar uno, y así, la ronda de Ariel no había terminado en solitario.
Tras la publicación de las imágenes, las redes sociales fueron el lugar donde los espectadores volcaron su parecer, y se encontraban comentarios tan disímiles como “me da mucha pena Ariel haciendo mate para ser aceptado”, o “Ariel no es ningún boludo, está jugando, si quería tomar mate con alguien se iba a invitarle al resto y no justo a los que estaban con la pelota”. “¿Cómo no le van a aceptar un mate a Ariel, y encima les dijo varias veces si querían, me dio una pena, pobrecito”.
Es que el participante genera empatía con cierta parte del público, pero a la vez rechazo del resto, por actitudes como la que tuvo esa vez en que se cambió la ropa en una silla, a la vista de todos. Todo comenzó cuando tras haber sido salvado de la eliminación en una gala de lunes, decidió disfrutar de una tarde de pileta. Y, después de nadar un rato, se dirigió a la galería donde se quitó la malla, se sentó y, cubriendo sus partes íntimas con una toalla, procedió a ponerse un short seco sin preocuparse por quienes lo miraban a su alrededor.
Gran Hermano 2022: La dura advertencia y posible sanción a Alfa
Desde la llegada de Ariel como nuevo participante de la casa de Gran Hermano, la convivencia con Walter, Alfa, no fue de lo mejor, y lo que comenzó con algún reproche esporádico se terminó convirtiendo en un día a día imposible de soportar, con cuestionamientos por cualquier tipo de acción o reacción, con dura palabras tanto en el cara a cara como en charlas entre los demás participantes. Ante ello, y notando cómo crecieron las agresiones, desde Gran Hermano tomaron una determinación.
Sin entender el tenor de la llamada, Alfa se dirigió de inmediato al confesionario al momento ser solicitada allí su presencia, y en cuanto se acomodó en el sillón recibió las primeras palabras de Gran Hermano: “Walter, te llamé porque quiero decirte algo y necesito que me escuches con mucha atención, por favor”
En ese instante la seriedad de Alfa se notó y escuchaba atentamente cada una de las palabras que recibía, cuyo discurso continuó con: “Como ya lo sabés, procuro que en esta casa se conviva de la mejor manera posible con las dificultades obvias que trae la convivencia, en un marco de respeto hacia el prójimo. Sin embargo estoy observando en varias ocasiones, y con preocupación lo digo, las expresiones agraviantes que utilizás al referirte a uno de nuestros compañeros, Ariel, ¿para qué vamos a dar vueltas?”.
Tras la confirmación del por qué del llamado al confesionario, Gran Hermano le explicó que “no voy a permitir que te refieras a él con términos discriminatorio. El sobrepeso o la obesidad no deben ser motivo de burlas ni de exclusión”. Ante ello, el participante tomó la palabra y aseguró que “yo nunca tuve nada contra Ariel, al contrario, lo recibí de la mejor manera. El que me discriminó a mí fue Ariel al tratarme de depravado, y muchas actitudes de Ariel que hizo para sacar a muchos de acá adentro”.
En ese instante la seriedad de Alfa se notó y escuchaba atentamente cada una de las palabras que recibía, cuyo discurso continuó con: “Como ya lo sabés, procuro que en esta casa se conviva de la mejor manera posible con las dificultades obvias que trae la convivencia, en un marco de respeto hacia el prójimo. Sin embargo estoy observando en varias ocasiones, y con preocupación lo digo, las expresiones agraviantes que utilizás al referirte a uno de nuestros compañeros, Ariel, ¿para qué vamos a dar vueltas?”.
Tras la confirmación del por qué del llamado al confesionario, Gran Hermano le explicó que “no voy a permitir que te refieras a él con términos discriminatorio. El sobrepeso o la obesidad no deben ser motivo de burlas ni de exclusión”. Ante ello, el participante tomó la palabra y aseguró que “yo nunca tuve nada contra Ariel, al contrario, lo recibí de la mejor manera. El que me discriminó a mí fue Ariel al tratarme de depravado, y muchas actitudes de Ariel que hizo para sacar a muchos de acá adentro”.
Es que las agresiones no son algo que comenzó ahora, y hace al menos diez días ya habían tenido un intercambio cara a cara en el que también Alfa le había asegurado que no tenía más ganas de dirigirle la palabra.
“La gente ve todo. Ve a los garcas, a los mentirosos, los que actúan y a los que tratan de tirar mierda a los demás para ensuciarlos. La gente ve todo”, le dijo Alfa, para luego explicarle que “yo te recibí con la mejor e intentaste tirarme mierda desde el primer momento. Intentaste tirarme mierda en la cena. Entonces, te lo vuelvo a decir: ¡no me hablés más! A ver si entendés. Yo le hablo a la gente que tengo ganas y con la gente que estoy bien”.
Ariel, lejos de quedar callado, le aseguró que “tenemos que vincularnos mientras estemos acá, Te voy a hablar, boludo. No me queda otra”, ante lo cual, Walter le retrucó: “No me hables, hermano. Hablá con otro, hablá con el ciervo, conmigo no hables más. Quedó claro, ¿no? A mí, la gente hipócrita, los manipuladores, no me interesan”.
La discusión que había comenzado en la cocina, mientras Ariel lavaba la vajilla, continuó más tarde en el jardín frente a algunos de sus compañeros que disfrutaban del aire libre. Allí, Alfa -que estaba sentado en la galería de la casa- le pidió al jugador que no se metiera en la pileta ya que le había puesto decantador y quería pasarle el barrefondo. Y le indicó que debía esperar 10 minutos.