A tres años de la muerte de Fernando Báez Sosa, el joven que fue asesinado por un grupo rugbiers a la salida de un boliche en Villa Gesell, la psicóloga Romina Luna hizo un análisis del comportamiento que tienen los jóvenes, teniendo en cuenta la violencia que hay en la sociedad.
Para la licenciada hay que partir de la violencia que hay en la sociedad, no de la violencia en los jóvenes, «porque los jóvenes absorben y aprenden lo que le transmitimos de manera verbal y paraverbal de nuestros comportamientos, entonces vamos a hablar de violencia en la niñez, en la adolescencia y en la juventud».
En este sentido, hizo notar que «los jóvenes son más impulsivos, tienen ciertas limitaciones en el procesamiento de la información por lo que ejecutan la violencia física de una manera más directa, pero en realidad la violencia tiene múltiples caras y hay muchas formas en que se practican y se ejercen en el seno de la familia y de las instituciones nada más que son síntomas muchas veces callados, silenciosos, que no salen a la luz, no se evidencian, no se conversan o no se clarifican como violencia».
«Entonces, se comienza a crecer y a educar a los niños y a los adolescentes de diferentes formas de naturalización de la violencia desde la burla, el chiste verde, el insulto, desde todo lo que implican las violencias».
Según la licenciada, «la guerra, las violaciones de los derechos humanos, los abusos sexuales, los abusos de poder económico, los abusos en general y todo tipo de violencia han existido en todas las épocas y en toda la historia, la única diferencia es que ahora hay una cantidad enorme y masiva de redes sociales que hace que la información llegue a la velocidad de la luz, pero esto existió siempre», remarcó.
La psicóloga señaló que «la violencia en los jóvenes no puede ser entendida como una diversión. Tampoco salir a burlarse o salir a golpear a una persona. Ya a partir de ahí se pueden dar cuenta como está naturalizada en la sociedad la violencia».
En este marco, explicó «la naturalización es un mecanismo de negación de la sociedad completa de que burlarse de un defecto o una carencia de alguien es normal y natural y que es diversión. El hecho de que lo veamos como diversión ya habla de una sociedad enferma que ha naturalizado la violencia, pero ejercer violencia de cualquier tipo no es una diversión, es la carencia absoluta que hay de empatía», subrayó.
Consultada sobre cómo reconocer la violencia, Luna dijo que «violencia son todas las conductas verbales y paraverbales, incluso el comportamiento donde las personas no tienen en cuenta el pensar, el sentir o la necesidad del otro de carencia, de empatía. Es cuanto empezamos a tratar a los seres humanos como objetos, objeto de mi diversión, de mi deseo. Es cuando la otra persona en vez de ser tenida en cuenta como un ser humano es tenida en cuenta como un objeto mío y la persona pierde el lugar de sujeto».
«La violencia es algo histórico, no es algo de esta generación. La violencia es, como el estrés y la depresión, una pandemia que crece por el mundo hace miles de siglos».
Para finalizar, Luna advirtió que «como la violencia está naturalizada es muy importante entender que el que vaya en contra de ese sistema va a terminar siendo atacado, pero ya pasa por todo un proceso de concientización y de trabajo conjunto que tenemos que hacer desde lo político, lo social, desde las familias, las escuelas e instituciones deportivas que están relacionadas con entrenar y fortalecer las habilidades sociales», concluyó.