Ellas hablan (Women Talking, Estados Unidos, 2022) está escrita y dirigida por la realizadora y actriz Sarah Polley. El guión se basa en el libro de Miriam Toews publicado en el año 2010, cuya inspiración son una serie de crímenes ocurridos dentro de una comunidad menonita ultraconservadora ubicada en Manitoba, Bolivia.
Allí, entre los años 2005 y 2009, un grupo de hombres drogó y violó a varias mujeres de la comunidad. La respuesta de las mujeres es justamente de lo que trata Ellas hablan, una película con un elenco de estrellas, incluida Frances McDormand, también productora del largometraje.
Ellas hablan, reconstruye la historia real de una serie de abusos sexuales en una colonia menonita
El caso real en la que se basó Toewsy que la realizadora canadiense recupera en la película ocurrió en una colonia menonita afincada en Bolivia en la que en 2009 se descubrió que un grupo de hombres llevaba años utilizando un tranquilizante usado en ganadería para dejar inconscientes a las mujeres con el fin de abusar sexualmente de ellas. Y cómo, ante su desconcierto al despertar ensangrentadas y golpeadas, las convencían de que se trataba de la obra del demonio. O de su imaginación.
Con semejante material como catalizador, Polley decidió no dar detalles específicos sobre el lugar en el que se desarrolla la trama, ni fijar una ubicación temporal más allá de una referencia indirecta, ya que tanto el escenario como la vestimenta y el peinado de las protagonistas evocan las costumbres de los menonitas.
Esa elección de puesta en escena no es casual ni arbitraria sino que contribuye a instalar un sentido de otredad en la narración. Mientras otros autores optan por aplicar herramientas de los géneros como la ciencia ficción y el recurso de la distopía para abordar los derechos de las mujeres, en este caso esa otredad propuesta desde el discurso cinematográfico permite procesar lo que se está contando sin que las emociones le ganen al intelecto. Es exactamente lo que intentan sus personajes en pantalla.
Una tarea monumental que la ficción logra hasta las instancias finales del film, cuando la resolución le da rienda suelta a las emociones.
El elenco de este film comprometido con la moda ideológica actual tiene nombres muy importantes. Rooney Mara, Frances McDormand, Claire Foy, Jessie Buckley, Sheila Mc y Judith Ivey tienen los roles centrales.
También está Ben Whishaw, el único hombre solidario y sensible y a su vez el único del grupo que sabe leer y escribir, porque las mujeres de ese grupo no tenían autorización para hacerlo.
También integra el elenco August Winter, quien interpreta a un hombre trans en la historia. Por supuesto también lo es en la vida real, porque cada uno debe ser en la pantalla lo que es en la vida, al menos en ese aspecto. Así de políticamente correcta es Ellas hablan, preocupada porque su agenda esté completa.

Qué se trate de una historia real y que además sea tan reciente es algo verdaderamente escalofriante. No hay forma de no sentirse impactado. Lo único que se interpone entre esa contundencia y el espectador es un largometraje que podría haber sido perfectamente una obra de teatro de un solo acto y un solo decorado. Con algunos momentos actorales notables y con otros ridículamente forzados y pocos auténticos. Cada actriz tiene su show y la mayor parte del tiempo se ve que son estrellas de Hollywood protestando más contra la propia industria del cine que preocupadas por la comunidad menonita que da origen al largometraje.
Pero además de recibir premios por motivos ideológicos, la película basa todo en lo que su título indica, mujeres hablando. Un desperdicio si se tiene en cuenta la fuerza de la historia. Hay muchas películas que se construyeron en base a un grupo de personas hablando y debatiendo, pero en este caso hablamos de algo estéticamente muy pobre, donde hasta el granero es en estudio, insertándole el paisaje a las actrices como fondo, en algunos planos muy feos que distraen por su torpeza técnica.

La Academia que entrega los premios está manchada por un pasado de silencio y complicidad y sin duda por eso ahora cualquier posible chance para mostrar que son buena gente la aprovechan de manera lastimosa y subrayada. Ellas hablan es una película mediocre que desaprovecha una historia perturbadora, de esas que ya no deberían ocurrir en el siglo XXI.