El fin de semana se registraron graves daños a las zonas turísticas protegidas en Fiambalá y Antofagasta de la Sierra. Enduristas tucumanos fueron fotografiados mientras circulaban en una zona prohibida en el denominado Balcón de Pissis, mientras que otro grupo de riojanos hicieron lo propio en el Campo de Piedra Pómez, estos últimos fueron demorados y sus vehículos secuestrados.
En este contexto LV12 se contactó con Tomás Araya, un guía de la ciudad de Fiambalá para que nos brinde detalles de lo sucedido.
«En Campo de Piedra Pómez se rigen por la ley 50/70, la cual a ellos les permite proteger y cuidar estos lugares, en donde ellos al ver a alguien que se salga de las huellas, o que marquen las montañas pueden hacer una denuncia teniendo pruebas y a partir de eso, puede actuar la policía secuestrando vehículos, teléfonos, GPS. En el Balcón del Pissis no rige la misma ley, pero nosotros siempre tratamos de cuidar estos lugares como prestadores turísticos, como guías, cuidadores. Lamentablemente de vez en cuando pasan estas cosas y esta vez nos pasó con un grupo de diez personas, todos motoqueros«, explicó.
De acuerdo a los videos y fotografías, se observa a un importante número de motocicletas tipo enduro de alta cilindrada, trepar por las montañas arenosas, dejando a su paso huellas y marcas.
«El día sábado a las 9.20 horas parto rumbo a la excursión Balcón de Pissis del complejo de hostería que está hacia el paso San Francisco con un grupo de una camioneta de cuatro integrantes, y al acceder en camino de ripio en el kilómetro cinco me doy con que había un grupo de cinco camionetas bajando en motocicletas de cilindradas enduro para hacer la excursión hacia Pissis. Paso despacio para observar si había algún guía quien los guíe y los haga cuidar el lugar, sin embargo, noto que no había nadie conocido, y en el kilómetro siete realizamos una parada técnica, en ese momento comienzan a pasar motocicletas, les pido que se paren, la tercera se para y les pregunto si están con alguien y me responden que están solos, entonces les pido que por favor cuiden los lugares, no se hagan huellas fuera del camino», relató Araya.
Explicó que en el kilómetro 10 observo una huella antigua, que está cerrada hace ocho años porque corría mucho riesgo sobre la que comenzaron a subir en forma de pendiente. En el kilómetro 21 en una zona que se llama la Vicuñera, observo que hay una pendiente bastante elevada sobre la que comenzaron a subir, y en un momento el conductor de una de las motos y se cae. Tomás comenzó a filmar y a acercarse hasta el endurista y el motociclista arranca el rodado y se va. «Finalmente en el kilómetro 25 logro parar a una de las motos y en ese momento le pido que les diga a sus compañeros que estaban ocasionando problemas porque se salieron de las huellas y él me responde que en la montaña pueden hacer lo que quieran y nadie les puede decir nada», comentó.
«Hay una norma por lo cual yo hice un acta contravencional por daños y perjuicios a la naturaleza, y después hice una denuncia penal esto está en Fiscalía y seguramente que llegará porque tengo datos de todas las personas, fotos de las patentes de las camionetas, y por el atropello que hicieron hacia mi persona», remarcó.
En el kilómetro 40 los hizo parar nuevamente, y les comunica que los iba a denunciar, en ese momento uno lo reconoció y «me tira la moto encima. Yo hago un paso para atrás y me da miedo. Me temblaba el cuerpo y me daban ganas de llorar por la impotencia de no poder hacer nada»
Finalmente relató que en el kilómetro 47 los enduristas fueron asistidos por una camioneta para la carga de combustible: «ya no me animé a parar por miedo a que me hagan algo».