La reina Isabel II ha sido una de las personalidades de la realeza más importantes de la historia, no sólo por su longevidad en el trono del Reino Unido, sino también por su dedicación y servicio a la Corona. Curiosamente, ella no estaba destinada a ser reina, pero un giro del destino cambió su destino para siempre. La vajilla de la que se habla en este artículo fue un regalo especial de la Casa de Nariño, la residencia del presidente de Colombia, y fue un homenaje a la reina Isabel II.
La vajilla fue un regalo solicitado por la entonces primera dama de Colombia, María Clemencia Rodríguez de Santos, quien encargó a los artesanos de El Carmen de Viboral que elaborarán una vajilla decorada a mano de platos y tazas. La solicitud fue para crear una vajilla única que representara al país, para ser entregada como regalo a un líder mundial. Sin embargo, los artesanos nunca supieron para quién era el obsequio hasta que se viralizó el gesto del Gobierno de Colombia con la reina Isabel II.
La vajilla fue entregada a la reina Isabel II y se exhibió en los salones de los castillos reales. Aunque no hay una imagen exacta de la vajilla que llegó al Palacio de Buckingham, se sabe que el modelo que sirvió de inspiración fue «florelba roja tupido», como se puede ver en las imágenes de referencia. Fue un regalo de gran valor y significado para la reina, ya que representaba la amistad y las relaciones diplomáticas entre Colombia y el Reino Unido.
La vajilla, con su diseño elegante y su artesanía cuidadosa, reflejaba la creatividad y el talento de los artesanos colombianos. Cada plato y taza fue hecho a mano, lo que significa que no hay dos piezas exactamente iguales. Esto le daba a la vajilla un valor añadido, haciéndola única y especial. Informa Voces Críticas.
La reina Isabel II es conocida por su amor por la porcelana fina, y ha acumulado una impresionante colección de vajillas a lo largo de los años. La vajilla colombiana fue una adición bienvenida a su colección, no sólo por su belleza, sino también por el valor sentimental que representaba. Fue un recordatorio de las relaciones amistosas entre dos naciones, y un homenaje a la artesanía y la creatividad de Colombia.
La vajilla colombiana regalada a la monaraca británica fue una muestra del talento y la creatividad de los artesanos colombianos, así como un homenaje a las relaciones diplomáticas entre Colombia y el Reino Unido. Fue una adición valiosa a la colección de porcelana de la reina, y un símbolo de amistad y buena voluntad entre las dos naciones.