En su regreso a la Formula 1 como jefe de la escudería Alpine, Flavio Briatore tomó una de las decisiones más polémicas de la temporada al prescindir de Jack Doohan, quien apenas disputó seis carreras antes de ser reemplazado por el argentino Franco Colapinto.
Ante las críticas por la falta de tiempo que se les da a los novatos para desarrollarse en la máxima categoría, Briatore respondió con la frialdad que lo caracteriza: “Comenzamos la temporada con Jack Doohan; tenía cinco carreras para demostrar su valía. Después de cinco carreras, analizamos los resultados. Y no me gustó”.
Y cerró este tema con contundencia: “Lo que hicimos no fue un escándalo. Solo te quedas en una empresa si haces un buen trabajo. Si haces un mal trabajo, te despiden. Tenemos dos pilotos que deben hacer su trabajo. Más de 1.000 personas y sus familias dependen de ellos. Solo protejo a quienes trabajan para mí”.
En cuanto a Colapinto, 16° en su vuelta a la F1 el último fin de semana en Emilia-Romagna y este viernes 20° en su primera práctica en Mónaco, Briatore volvió a tirarle flores: “Si nos fijamos en el domingo, estaba haciendo tiempos similares a los de Gasly y por primera nuestros dos coches están tan cerca”.
Hoy cumpliendo las funciones de Oakes, el italiano no piensa convertirse en el director de Alpine, pero sí seguirá tomando decisiones fuertes por el bien del equipo: “Un equipo de Fórmula 1 necesita un dictador, quizás un dictador democrático. Se necesita a alguien responsable”.