Martín Anchorena no ganó la final de Gran Hermano 2011, edición que consagró a Cristian U. Sin embargo, a la luz de todos los logros que cosechó tras el famoso reality, queda claro que el necochense tiene mucho para celebrar y nada de que lamentarse por no haber sido el favorito del público.
Súper estratégico desde que entró a la casa, Anchorena llegó a ser uno de los cuatro finalistas. Pero, una vez afuera, el joven de entonces 24 años no explotó en absoluto el haber pasado por el programa y se dedicó a un camino diferente: dedicarse de lleno a ser piloto de avión.
Hoy, Martín vive en Panamá, donde trabaja en una línea local, está en pareja con la misionera Luciana Arredondo y disfruta mucho de la vida caribeña en destinos soñados. «Después de Gran Hermano fue todo increíble. La gente siempre me dio cariño y todo su apoyo”, contó hace un tiempo en una nota a TN Show.
“Lo triste fue que perdí a mi papá, el hombre más importante de mi vida. Luego me fui cinco meses de viaje, recorrí 23 países. Volví renovado y decidido a volar, mi gran pasión», explicó aquella vez.
Si bien antes de entrar al reality Martín ya era piloto, el plan de dedicarse a volar tomó forma después: «Arranqué como ayudante de jefe de instructores en la escuela donde estudié, luego apliqué a la aerolínea de Panamá, quedé y me vine a vivir acá. El destino conspiró a mi favor. Estoy muy feliz. Amor volar».
Pero, además, Martín, a quienes sus seres queridos llaman “Cucho” también es actor, oficio que estudió en el Teatro San Martín. Y con los años se ganó otro título, el de coach motivacional, tras formarse en Miami ya que, dijo, le «encanta ayudar a la gente».
Buenas vibras, postales de verano eterno, siempre dándole la vuelta al mundo con una gran sonrisa: así se lo ve a Martín hoy, de todos los “hermanitos” finalistas el que, quizás, mejor le fue.