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El Vía Crucis es tan característico de la Semana Santa como lo es el Pesebre viviente para la Navidad. Sin embargo, la recreación de la Pasión y muerte de Jesucristo puede tener finales inesperados si la logística de dicha puesta en escena no se hace con cuidado.

En este sentido, son varios los ejemplos que están en las redes sobre espectadores que suben a los escenarios y golpean a los soldados romanos debido a que toman la actuación de forma literal. Pero también es frecuente que el momento de la crucifixión no esté exenta de algún contratiempo: malas ataduras, madero mal acomodado o un ‘Cristo’ al que se le pide no quedar suspendido del madero.

Todas esas situaciones pueden quedar dependientes de los azares del destino menos disponer la cruz –y al crucificado- debajo de varios cables de media y alta tensión. Pues esto fue lo que ocurrió con un estridente y muy poco convencional Vía Crucis en Coatepéque, Quetzaltenango, Guatemala.

En la mencionada representación, un grupo de ‘actores’ disfrazados con las más estridentes indumentarias –Papá Noel, pelucas de colores, drag queen, un obrero y algunos de vestidos como cebras- se dispusieron a elevar la cruz con Jesús encima y dejarla clavada en el ‘calvario’. Para eso, comenzaron a tirar de sogas atadas al madero con la intención de levantar dicha cruz con el actor sobre ella.

Sin embargo, un error de cálculos llevó a que en plena carrera ascendente el poste principal girara hacia la izquierda y se fuera contra un departamento. Alarmados por el posible trágico final del actor, muchos se apresuraron a sujetar el madero, mientras que ‘Cristo’ hacía fuerza desde las alturas para frenar de forma milagrosa la inercia que llevaba la cruz.

A partir de ese momento todo fue caos: el pintoresco elenco iba y venía desorientado entre la preocupación por rescatar al ‘mesías’ –a esas alturas luchaba por no ahorcarse con las cuerdas que sujetaban las maderas de las que colgaba-, la necesidad de guardar las formas e intentar que la representación termine lo mejor posible y la risa por el final inevitable.

Sin embargo, todo se desmadró: las tablas en las que los brazos de Jesús estaban atados se quebraron y el crucificado se fue al suelo. Pero los extras lograron atajarlo en el aire y lo sacaron de escena entre risas y lamentos por posibles heridas. A escasos metros de ese punto, uno de los organizadores del evento increpó a quienes tiraron de la cruz: el lugar que eligieron para levantar el poste iba a chocar con cables de media tensión y el final de Jesús sería la muerte, literal.

El video de toda la secuencia fue filmado por un feligrés y luego compartido en Twitter con resultado predecible: viralización, humor, comentarios y muchos memes.

 





Fuente Nuevo Diario