La fortuna es incalculable, a límites que no existen certezas del número definitivo. Eduardo Constantini se erige en uno de los hombres más millonarios de Argentina y del mundo, por lo cual la atención siempre se posó sobre su figura.
El empresario creador del country Nordelta sorprendió hace un año con la decisión intempestiva de casarse con la joven Elina Fernández, que tiene 43 años menos que él. Esa boda despertó una innumerable gama de versiones, de teorías de toda índole.
La lectura primaria se centró en el deseo de la mendocina de vivir en la opulencia de la cotidianidad de este acaudalado magnate. En ese contexto sobresalió un audio privado de Anamá Ferreyra, un mensaje que envió en un grupo de WhatsApp con amigas.
La ex modelo brasileña describía en ese relato una teoría de toda una planificación de Elina para conquistar a Eduardo: “Hizo un plan maestro, chicos. Bueno, es un plan de este maestro, porque ella iba casi todos los días, yo sé, a tomar algo al Malba, porque había hecho todo un research, y había visto que él estaba soltero. No es que el tipo la vio un día en el Malba y se enamoró. La vio ahí, frecuentemente, en el Malba: miradita, miradita, miradita…”.
En ese sentido, Mimi Alvarado, la ex del Tirri, agregó más detalles a la operación y explicó en televisión: “Lo que se dice es que la chica esta hizo una macumba llamada ‘agua de tanga, se lo exprimen en el vaso, le echan un poco de agua y el señor grande se lo bebe…«.
Más allá que ya transcurrió un tiempo considerable, ese rumor sigue latente en el inconsciente colectivo. Pero finalmente Elina salió a dar su verdad, a compartir su pensamiento de todo eso: “Jamás escuché ese audio porque yo estaba de luna de miel en el momento en que se hizo público así que mi abogado se ocupó de solucionar todo”.
En ese diálogo con la revista Para Ti, Fernández le lanzó un tiro por elevación a Anamá: “Entiendo que hay personas que tratan de colgarse de otras para tener un poco de visibilidad y, precisamente por ello, no me afectó en absoluto lo que ocurrió«.