viernes 21 de abril de 2023
La reina Isabel II estaría cumpliendo hoy los 77 años de edad. Es recordada como la monarca inglesa con el reinado más longevo de la historia. Sin embargo, esto no debería haber sido así.
Al nacer, Elizabeth Alexandra Mary Windsor no estaba para nada destinada a ser la monarca inglesa que todos conocimos. No solo por hechos en su juventud, sino también por sucesos caprichosos que hicieron virar la historia hacia un lugar diferente.
La tatarabuela de la reina Isabel II fue nada más ni nada menos que la histórica reina Victoria, conocida más tarde como la “abuela de Europa”, debido a los múltiples enlaces que hizo con otros países y de los cuales descienden la mayor parte de las realezas actuales.
Pero ella no era la primera en la línea de sucesión ni por asomo. Una serie de muertes de los primeros cuatro en la sucesión provocó que ella asuma el reinado a sus 18 años, informa Voces críticas.
Su reinado fue de 64 años, por lo que su hijo mayor asumió el trono durante 9 años antes de morir. Para aquel entonces, el nieto de Victoria murió a los 28 años, por lo cual el segundo hijo de Eduardo VII asumió la corona, el rey Jorge V.
Este último tuvo un gobierno de 25 años, tras lo cual asumió el poder su hijo mayor, Eduardo VIII. Sin embargo, este no estuvo ni un año hasta que abdicó. La razón: el amor hacia Wallis Simpson, una socialité estadounidense divorciada e inaceptable dentro de la familia real británica.
De esta forma, el reinado cayó bajo las manos de su hermano menor, Jorge VI, padre de la reina Isabel, quien tras morir a causa de cáncer, dejó el mando a su hija mayor, Isabel II.
De esta forma, una serie de infortunios históricos, entre los que se vieron involucrados múltiples y azarosas muertes y una abdicación llevaron a Elizabeth Alexandra Mary Windsor a convertirse en la antecesora de Carlos III.