Phil Collins es indudablemente uno de los artistas más prolíficos e icónicos de la historia. Su discografía en la banda de rock Genesis, sus álbumes en solitario y su colaboración en multitud de proyectos cinematográficos, como Tarzán, dejaron ya una huella clara en la cultura popular. Pero tristemente, no todo fue luz para él en recientes años.
En el año 2007, el baterista inglés sufrió una lesión medular, lo cual le dejó heridas severas en las vértebras del cuerpo y daños permanentes en las lesiones nerviosas. Eso lo llevó a una cirugía en el año 2009. Eso lo obligó a dejar de tocar la batería en, ya que perdió toda sensibilidad en las manos.
Más tarde, en el año 2015, Phil Collins se sometió a otra operación en una vértebra, y por si eso no fuera poco, en el 2017 le diagnosticaron diabetes de tipo 2. De esta forma, año tras año se lo pudo ver más deteriorado y en silla de ruedas, informa Voces críticas.
Sin embargo, lo que menos hizo fue rendirse. En el 2015 volvió a los escenarios con un nuevo álbum y gira titulado desafiantemente “Not Dead Yet Tour” (Aún no estoy muerto). Y realizó una gira de despedida, “The Last Domino Tour”, que concluyó en el año 2022.
Allí, fue acompañado por su hijo Nic, quien tomó el mando de la batería mientras él cantaba. Y aun en silla de ruedas, el afamado compositor dio el mayor despliegue posible de su talento. Si hay algo que no le falta es resiliencia y persistencia.
Actualmente, y un tiempo después de cumplir los 73 años, Mike Rutherford, también integrante de Genesis, dio una declaración acerca de su salud. Dijo que su compañero limitó hasta el mínimo sus movimientos y que apenas puede mantenerse en pie.
Sin embargo, Phil demostró como siempre su persistente personalidad: está de muy buen humor y disfrutando el mayor tiempo posible junto a su familia.