La boda real entre el príncipe Carlos y Lady Diana Spencer en 1981, fue uno de los eventos más importantes en la historia reciente del Reino Unido. A pesar de que Diana solo tenía 20 años, ya había sido presentada a la prensa como la futura esposa del heredero al trono, lo que la convirtió en un objeto constante de la atención mediática.
Desde el principio, los medios de comunicación británicos apodaron a Diana como «Shy Di» debido a su aparente timidez e introversión. Sin embargo, el exsecretario de prensa de la reina Isabel, Dickie Arbiter, afirma que este apodo era inexacto y que en realidad, Diana no era una persona tímida.
En una entrevista con la revista Vogue, Arbiter explicó que conoció a Diana de Gales solo unos días antes de su boda y que ella mantuvo la cabeza baja durante las conversaciones debido a su altura, no por timidez. Además, Arbiter destacó que la personalidad de Diana era avasalladora, lo que contradecía la imagen de «Shy Di» que se había creado en los medios de comunicación.
A medida que Diana se convirtió en parte de la familia real británica, su imagen cambió y su apodo también. En lugar de ser conocida como «Shy Di», la prensa comenzó a llamarla «Lady Di», lo que reflejaba su posición en la aristocracia británica y su papel como la esposa del futuro rey. Informa Voces Críticas.
A pesar de que su personalidad era claramente más fuerte que lo que se creía en un principio, Lady Di tuvo que lidiar con la atención constante de los medios de comunicación durante toda su vida, incluso después de su divorcio del príncipe Carlos en 1996. Su trágica muerte en 1997 en un accidente automovilístico en París sólo aumentó la atención mediática sobre su vida y su legado.
Hoy en día, Diana sigue siendo una figura icónica en la cultura popular y su apodo «Lady Di» se ha convertido en parte de su legado. A pesar de las dificultades que enfrentó en su vida, Diana logró dejar una huella duradera en la sociedad y su personalidad fuerte y carismática es una parte integral de su historia.
